Innovación, escándalos, pandemia y gestos espontáneos son los condimentos para hacer que "lo establecido" mute hacia lo que será este evento. Pero tengamos en cuenta que no serán los primeros transgresores: Barack Obama juró dos veces (ya que ser el primer presidente negro de la nación no le parecía suficiente) y Bill Clinton fue el primero en ser transmitido por streaming en 1997. Joe Biden también rompe las reglas: no habrá procesión hacia la Casa Blanca, sino un desfile virtual. Esto se debe a que alrededor de 400.000 estadounidenses murieron por covid-19 y hacer un despliegue repleto de gente en las calles no sería astuto por parte del mandatario. No obstante, Biden deberá respetar el juramento: "Juro (o afirmo) solemnemente que ejerceré fielmente el cargo de Presidente de Estados Unidos y que, hasta el límite de mis capacidades, preservaré, protegeré y defenderé la Constitución de Estados Unidos". Entre tanto, Washington se prepara para contener posibles disturbios en el mediodía del 20 de enero. Maju Varghese, Director Ejecutivo del Comité de Toma de Posesión Presidencial, dijo a New York Times: "Es una celebración incluyente y accesible que une a los estadounidenses y unifica a nuestra nación, en especial durante un momento tan difícil". Quien juramentará a Joe Biden es John G. Roberts Jr., presidente de la Corte Suprema, y lo hará en el Frente Oeste del Capitolio. El discurso inaugural y las tropas militares serán respetadas dentro de la tradición. No habrá desfile sobre la Avenida Pennsylvania para evitar las multitudes, pero sí una escolta oficial que acompañará con representantes de todas las ramas del ejército. El evento televisivo convocará a figuras como Tom Hanks, Justin Timberlake y Jon Bon Jovi; pero la presencia más polémica de todas ya confirmó que no estará disponible: la de Donald Trump. A Biden no parece preocuparle, ya ha dicho que es "una de las pocas cosas en las que él y yo hemos estado de acuerdo". No obstante, esto es un quiebre fuerte en la democrática tradición de Estados Unidos. El vicepresidente Mike Pence sí asistirá, aunque no sea suficiente. Se espera que también participen George W. Bush, Barack Obama y Hillary Clinton. Nada debería empañar el perfecto momento: el FBI y el Servicio Secreto incrementaron sus esfuerzos en seguridad para la ceremonia. La alcaldesa Muriel E. Bowser ya advirtió a los extremistas "fans" de Donald Trump que la emergencia pública se extendió hasta el 21 de enero, teniendo en cuenta los estragos causados en el Capitolio.  Lady Gaga cantando el himno nacional dará la bienvenida a Joe Biden y Kamala Harris en un evento sin precedentes que, por primera vez en 152 años, no contará con la presencia del presidente saliente. Se transmitirá por todas las cadenas internacionales y redes sociales como YouTube.